Esta inteligencia implica reconocer, clasificar y usar elementos del entorno como objetos, animales y plantas. Permite identificar especies y categorizarlas, incluyendo nuevas o desconocidas. Involucra observación, experimentación y reflexión. Niños con esta inteligencia aman la naturaleza, los animales y están interesados en fenómenos naturales. Pueden clasificar y estudiar su entorno, además de mostrar interés por el reciclaje. Gardner señala habilidades esenciales como observación, reflexión, conexión y comunicación de percepciones en el mundo natural y humano. La educación ambiental es vital para su desarrollo.
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